DIVERSIDAD GASTRONÓMICA Y PARA EL PALADAR EN CHUECA

DIVERSIDAD GASTRONÓMICA Y PARA EL PALADAR EN CHUECA
Diverso, divertido, multicultural y lleno de vida. En el variopinto y siempre interesante barrio de Chueca, encontramos joyas gastronómicas de lo más variado. Variedad y disparidad de locales, y de ambientes habitan en este barrio conocido por ser un referente del colectivo LGTBI y, también por ser uno de los preferidos en Madrid para salir a comer y beber.

Situado junto a la Gran Vía, cosmopolita, bullicioso, con calles estrechas y plazas repletas de turistas y también de castizos y castizas madrileños y madrileñas, en los restaurantes de Chueca, uno de los barrios más amenos de Madrid, descubrimos restaurantes de moda, tabernas de toda la vida, bares de copas…. y en todos encontrarás una combinación mágica para comer y beber, pero todos con su alma y esencia propia y muy marcada.

El vibrante barrio de Chueca es desde hace mucho tiempo una de las mecas gastro de la capital, un reducto maravilloso de Madrid, para salir y darse una vuelta por la zona en busca del local perfecto para comer o cenar puede ser un trabajo difícil, pero aquí te presentamos cuatro propuestas diferentes para que te adentres en este barrio madrileño lleno de pasión, y apasionado por la cuchara y el tenedor.

Hermanos Vinagre

Calle Gravina, 17

El nombre de Hermanos Vinagre busca homenajear a un producto «tan típico y tan denostado a la vez como el vinagre», explican los hermanos Vinagre. Y es que ellos han logrado lo que parece simple, pero hasta ahora había sido imposible, coger los típicos aperitivos castizos de toda la vida, y pegarles unas buenas vueltas, para elevarlos de nivel. Lo que más sale de cocina son las gildas (con aceitunas, piparras y anchoas del Cantábrico o unas banderillas, de anchoa, pulpo, atún fresco…), las anchoas y los boquerones. Y el bocadillo de calamares, y como no, sus mejillones XXL con un toque ahumado y la deliciosa ensaladilla rusa. Y por supuesto, en la barra, lo que se bebe, es una caña bien tirada o un vermut casero.

En este local, convertido en uno de los templos del tapeo capitalinos, se respira ese ambiente de los bares de toda la vida, con una imagen retro pero moderna, y unos pinchos de larga historia y cultura de una enorme calidad. Las expresiones que más escuchas en este local es “tienes la cara avinagrada o tienes cara de vinagre”. Pero lo cierto es que aquí, este básico de la cocina, no sólo nos da alegrías en sus conservas y sus escabeches, si no en cualquiera de los platos y recetas que presentan. ¡Propuestas avinagradas que alegran, y mucho!

El Cisne Azul

Calle Gravina, 19

Las setas, consideradas un gran superalimento por sus múltiples beneficios para la salud, ya que son un alimento rico en agua, proteínas y fibra, que además, tiene poca grasa. Gustan y regustan durante todo el año. Para los amantes de la micología o simplemente degustadores de las setas en sus múltiples versiones, uno de los restaurantes de Madrid más famoso y especializado en setas, se encuentra en el barrio de Chueca y es El Cisne Azul.

Este bar es un clásico de Madrid para ir a tomar setas, ya que, hasta en la barra de este local, se encuentran a modo de exposición. Uno de los puntos fuertes de este local es que su propietario, Julián Pulido, junto a su hijo Miguel Ángel son reputados micológos, con un amplio conocimiento de todas las variedades. Amanitas caesáreas, trompetas de la muerte y, todas hechas a la plancha o en carpaccio. Y es que de todos los tipos y las preparan con yema, gulas, foie, cigalas, queso… Soberbias combinaciones aderezadas con una amplia carta de vinos. También destacan las ensaladas, embutidos y carnes. Visita obligada para los amantes de las setas.

Davanti

C. de Augusto Figueroa, 41

Los platos más icónicos de la gastronomía italiana los disfrutas en Davanti. Los mejores ingredientes y pasta artesanal hecha cada mañana. Todo elaborado con sumo cuidado y detalle para trasladarte al país de las mejores salsas y pasta, de una forma muy familiar y amena. Antipastis deliciosos como la burrata, el guazzetto di mare, el cestino Di Parmigiano, la mortadela de Bologna, o el Carpaccio Di Manzo, las mejores pastas frescas caseras, una exquisita carne de ternera, o unos inframundamente divinos postres como el tiramisú, el Babbà o el gelato, componen parte de su carta.

Y es que Davanti nació de la idea de rendir homenaje a esa tradición culinaria de las familias italianas y llevar a los madrileños un pedacito de su cultura, con la alegría y familiaridad que caracteriza a los italianos. Un pequeño pero acogedor restaurante en el que apuestan por impresionar el paladar con productos frescos seleccionados y traídos directamente desde Italia. Y además, ofrecen un mercado en donde puedes comprar todos los ingredientes para probar y hacer en casa las deliciosas recetas del restaurante, todo sobre la base de la pasta, lo que garantiza la autenticidad y el sabor tradicional italiano. “Pastos fattos in casa” y con los mejores ingredientes italianos en el centro de Madrid.

Roostiq

C. de Augusto Figueroa, 47

Igual que un buen armario con una prenda que siempre usas y a la que vuelves cada temporada, un restaurante infalible e indiscutible que ofrece un perfecto fondo de armario de la gastronomía madrileña, se representa en el Roostiq. Es famoso por sus torreznos, podríamos decir que de los mejores del mundo culinario. Pero además, en Roostiq puedes comer también verduras ecológicas a la brasa. ¿Una de sus especialidades? Pues los puerros a la brasa. A Roostiq llegan cada día sus propias hortalizas ecológicas desde una finca que tienen en Ávila de 150 hectáreas. Imposible no nombrar la selección de carnes y pescados, por los que merece la pena montarles una procesión. Pero si hay que ser devotos máximos, nos inclinamos ante sus postres, especialmente su tarta de queso.

Dominan como nadie las brasas, con un toque sutil, pero con firmeza. Y es que Roostiq es un restaurante con alma de asador y para ello cuenta con el arma más poderosa, el fuego. Todo gira en torno a él y, para domarlo y sacarle todo el partido además, de su famosa parrilla tienen la mejor de las herramientas: un horno de leña napolitano construido en piedra ad-hoc, por una familia de artesanos napolitanos que lleva generaciones construyéndolos y que llega a los 485 grados. Aquí es donde cocinan muchos de sus platos, en especial las pizzas, en las potencian su sabor con una masa súper crujiente: Pizza Margarita, la Portobello de champiñones, la sorprendente de Rúcula y jamón de bellota, de enchilada de carne, de Guanciale y cebolleta, así como la de Burrata y cherries y la innovadora calzone con torreznos.

Inspirándose en las pizzas, merece la pena probar sus famosos Rotolaccios, una masa de pizza enrollada, alargada y con forma de barra de pan rellena de mozzarella sobre la que descansan ricos ingredientes. Los que ellos ofrecen son el Pork Bellini, el Portobello a la brasa con piparras y el de jamón de bellota. Son un bocado contundente, por lo que es perfecto para compartir.

Cuatro imprescindibles de Chueca: templos del vino y aperitivo, de la cocina italiana, de las setas, de la cocina fusión o de la de autor…que te apetecerán probar y repetir.

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